CONSERVAS
ANGELACHU

Conservas Angelachu concentra en su origen lo vivido en el siglo XX, con generaciones anteriores, las enseñanzas del pasado, pero seguramente no existiría si la abuela Angelachu, al jubilarse, no hubiese continuado como labor y ocio lo que siempre hizo desde pequeña: elaborar sus propias anchoas, que eran demandadas por la clientela de la pescadería. Fue de las primeras ‘tarreras’, si no la original. Sus nietos -y especialmente Silvia- compartieron tiempo y mañanas de verano con ella, escuchando sus historias sentados alrededor de una gran mesa rectangular, conociendo el aroma del salazón al abrir unos trapos exprimidos, el fileteado, la limpieza minuciosa, el embotado… De no haber convivido en aquellas vacaciones veraniegas, entre curso y curso, seguramente no habría existido una semilla lo suficientemente fuerte como para que muchos años después naciera la actual conservera.

Conservas Angelachu inició su actividad en febrero de 1999, comercializando Anchoas del Cantábrico en cuatro presentaciones distintas; ahora dispone de unas cuarenta referencias de productos y formatos que consumen restaurantes, tiendas especializadas y apasionados de las buenas conservas de nuestro país y muchos otros residentes en países como Italia, Francia o Australia.

Dos retratos de los abuelos Angelachu y José presiden la entrada de la fábrica. Por ellos, por lo que vivieron y por lo que transmitieron a sus sucesores, Conservas Angelachu trabaja a diario con un respeto absoluto a la auténtica labor artesanal.